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Las trabajadoras de hogar no han cobrado el subsidio por el Covid-19 aprobado por el Gobierno

Aunque cerca de 35.000 trabajadoras de hogar y cuidados han solicitado la ayuda anunciada por el Gobierno, el SEPE solo había admitido 67 expedientes hasta el ocho de julio. Tras insistentes movilizaciones por parte de las asociaciones, presuntamente el organismo ha pagado a unas 5.000 trabajadoras. Las organizaciones denuncian que no conocen a "ninguna que haya cobrado esta ayuda hasta el momento". El abandono va más allá de lo económico: simboliza una inercia, la invisibilización de las mujeres que más cuidan.

La inmensa mayoría son mujeres y muchas de ellas migrantes. En gran parte, no cotizan a la Seguridad Social, pero las que sí están afiliadas tampoco tienen derecho a paro. Como respuesta a la emergencia sanitaria el Gobierno aprobó un subsidio extraordinario para el colectivo de las trabajadoras de hogar y cuidados, que una vez más no fueron incluidas en las medidas destinadas al resto de personas trabajadoras. Lo anunció como un gran hito en materia de protección social a finales de marzo, pero no habilitó el mecanismo para su solicitud hasta el 5 de mayo. Aún están esperando para cobrarlo.

Desde el comienzo de la pandemia, las trabajadoras lamentaron que el Gobierno las ignorara en el primer paquete de medidas que puso en marcha y que insistiera en discriminarlas respecto al resto de trabajadoras. Se han apoyado en su fortaleza organizativa para ayudarse y dar respuestas a la gran cantidad de dudas que han surgido ante la diversidad de situaciones que se dan en el colectivo. Han realizado concentraciones desde que ha sido permitido para reclamar sus derechos. El subsidio podía ser un paso adelante para llegar a la prestación por desempleo en igualdad de condiciones con cualquier otro trabajador o trabajadora. Pero todo indica que no va a ser así.

El primer obstáculo fue solicitar la presentación, era una solicitud difícil de cumplimentar y no se contó con una difusión en lenguaje sencillo para entenderla. Además, la enorme brecha digital del sector quedó en evidencia, ya que para muchas era difícil acceder a un ordenador y mucho menos contar con una firma digital”, explica para AmecoPress Carolina Elías, de SEDOAC.

Rafaela Pimentel, de Territorio Doméstico, añade que la falta de información por parte de las instituciones ha sido un gran impedimento. “Desde los colectivos hemos tenido que hacer grupos de voluntarias para poder ayudar a las compañeras a solicitar este subsidio. No hay un teléfono para hacer consultas, las trabajadoras no saben si el SEPE recibió o no su solicitud. Tampoco se les han hecho requerimientos para subsanar sus solicitudes. No se da información”. Para las organizaciones esta falta de diálogo con el Gobierno y el SEPE es, no solo el mayor obstáculo para desbloquear la situación, sino que dinamita la sensación de avance que el anuncio de este subsidio especial generó no solo en el colectivo, sino en aquellas personas que lo apoyan.


Para poder solicitar este subsidio, las trabajadoras necesitaban contar con la baja del contrato o lo que se denomina la declaración responsable de quien las contrata. Algunos empleadores, tras reducir la jornada o despedir a la trabajadora, se negaban a firmar esta declaración responsable, más complicado aún en el caso de fallecimiento del empleador a causa del Covid-19.

Las organizaciones aseguran que hasta el momento no saben de ninguna trabajadora que haya cobrado. “Y este subsidio es la única tabla de salvación, no tenemos hucha porque los salarios son bajísimos”, afirma Pimentel, sin dejar de recordar que “hay muchísimas trabajadoras que ni tan siquiera han tenido la opción de solicitarlo, lo cual es injusto: empleadas sin contrato, cuidadoras por las que no se cotiza, migrantes en situación administrativa irregular”. Miles las trabajadoras de hogar que se han quedado fuera de las ayudas a este sector, en concreto hasta un tercio según los colectivos.

Nos siguen cuidando. Organizadas han arañado los pocos derechos con los que cuentan. La pandemia ha hecho visible que los trabajos que realizan estas mujeres son esenciales. La creación de este subsidio parecía abrir la puerta al reconocimiento en el futuro de una prestación por desempleo, algo que espera que ocurra en el marco del futuro reconocimiento de las empleadas domésticas como trabajadoras con derechos plenos, como las organizaciones llevan años reivindicando con campañas como la que pide el Estado español ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero la vieja normalidad parece haber regresado.

FUENTE AMECOPRESS
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