¡De las palabras al emoticono! Tal es el poder que han alcanzado las caras amarillas que articulan sentimientos de forma universal. Una frase y una conversación se pueden resumir con un simple icono. Si queremos mostrar una emoción a una conversación escrita nada más fácil que insertar "la careta" que estimemos oportuna.
Me atrevo a decir que en la mayoría de las ocasiones usamos las mismas. Y que somos desconocedores del gran número de opciones que se nos ofrecen. Lo habitual es usar el pulgar hacia arriba para confirmar, el beso de despedida al finalizar, la tarta de cumpleaños para una celebración especial, etc.
Según Unicode, existen unos 3.019 emojis divididos en un total de 10 categorías. Incluso, cuentan con su propia enciclopedia denominada Emojipedia y se ha protagonizado un largometraje bajo el título Emoji.
Al parecer y según arrojan los datos de diferentes estudios, la cara con lágrimas de alegría es la que más se repite en el mundo. Asimismo, la tarta de cumpleaños y el cucurucho de fiestas le siguen en la lista.
Pero lo que no cabe la menor duda es que en nuestro país y países vecinos como Italia y Francia el emoji que más se envía es el que tiene la cara que lanza un beso. Mientras que en Latinoamérica (Brasil, Colombia y Argentina) se usa más el icono de los ojos con forma de corazón.
No cabe la menor duda que los emojis han evolucionado desde el año 2014 y se han ido agregando muchos más dibujos para transmitir diferentes emociones. Harvey Ball, diseñó el smiley face en el año 1963 para una campaña de amistad en una empresa de seguros pero fue el japonés Shigetaka Kurita quien creó 176 emoticonos para una empresa de comunicación móvil. Se inspiró en el manga y una década después empezaron a proliferar en redes sociales y WhatsApp.
Algunos coinciden en que su uso puede mejorar la comunicación aunque mal usado generaría malentendidos. Por otro lado, están aquellos que indican que el uso continuo supone una involución en el lenguaje. Opiniones para todos los gustos ante esta nueva forma de comunicación que ha revolucionado la mensajería.
Autora: Alicia Luengo (www.elblogdealicialuengo.com)
